Las transcripciones pianísticas

Por Leyre García Orenga, alumna de 6º EE.PP.

Las transcripciones integran un capítulo importante dentro de la literatura pianística. Sin embargo, han sido motivo de discusión constante entre amantes de la música, compositores e intérpretes. Algunos puristas se horrorizan hoy en día al escuchar la palabra “transcripción”, sin necesidad de haber escuchado lo transcrito ya que consideran que en estas transcripciones, el piano está usurpando un lugar que corresponde a toda una orquesta. Por esto, su valor dentro del campo de la creación musical y del arte en general ha sido ignorado.

Se define por transcripción, la adaptación para un instrumento musical determinado, de una música originalmente compuesta para otro instrumento. La transcripción, como obra artística requiere por parte de quien la realiza, ya sea compositor o pianista, un conocimiento profundo del instrumento para el cual está transcribiendo, de los estilos musicales a emplear y de una estética musical . A pesar de tener en cuenta la fidelidad al compositor, algunas transcripciones no se limitan a un simple traslado de notas musicales, sino que se realizan cambios sustanciales en pasajes determinados que resultan de gran efecto en el instrumento al que se está transcribiendo la obra. 

Los músicos siempre se han nutrido también de lo que escuchan, no todo se ha compuesto desde cero. Desgraciadamente, la tendencia actual en materia de transcripciones es mucho más conservadora, ya que  hoy en día se considera al transcriptor como al traductor de un libro, cuya obligación es reproducir la obra con tanta exactitud como sea permitido y  no se considera correcto que un adaptador interpole sus propias ideas, como Liszt hacía frecuentemente.  


Los “arreglos” musicales, o transcripciones, han existido desde siempre. Actualmente, los arreglos más favorecidos son los orquestales, pero anteriormente había pocas orquestas y estas estaban estacionadas en un lugar fijo debido a la ineficacia del transporte del momento. Esto era un problema,  ya que lo que se tocaba en un día y lugar quedaba ahí, no había manera de grabarlo como hoy. En Europa se sabía de la música de grandes compositores y se contaban como en leyenda lo maravillosas que eran la Novena Sinfonía de Beethoven y el Réquiem de Mozart. Todo esto creó un hambre musical en el público europeo, que no podía llenarse sino con la práctica personal o asistiendo a conciertos locales; esto elevó el nivel musical en casi todas las ciudades europeas.

Por lo general, los grandes transcriptores en obras para piano han sido excelentes pianistas, podemos citar a Franz Liszt, Sergei Rachmaninov, Johannes Brahms y Vladimir Horowitz como ejemplos. También podemos considerar a Johann Sebastian Bach como uno de los grandes transcriptores en la historia de la música. Este último tomó varias obras de Vivaldi y creó sus propias composiciones copiando literalmente y liberalmente el tema.

Franz Liszt fue un hombre que reunía todas las características que un pianista podía soñar: oído absoluto, habilidad técnica extraordinaria, inventiva y gran sentido musical. Además, era generoso, ya que dio a manos llenas a los músicos de su época. Si Liszt encontraba talento en un músico lo impulsaba. Trató de difundir la obra de Beethoven, Schubert, Schumann, y Wagner durante toda su vida. Liszt conoció en vivo las sinfonías de Beethoven, y sintió que era necesario que  obras de tal calidad fueran difundidas como lo merecían. Como Liszt no podía resolver el problema de la falta de orquestas, se propuso hacer transcripciones para piano, una alternativa que estaba al alcance de su mano. Sus transcripciones son fieles al espíritu del compositor, y son también literales en la medida que el piano lo permite. Sus arreglos consiguieron dar a conocer las mejores obras sinfónicas de Beethoven en todos los rincones de Europa ya que bastaba un piano y un pianista talentoso para tocar. Liszt es un discípulo que honra la memoria del gran maestro con sus transcripciones.

Por otra parte, los Lieder de Schubert también fueron merecedores de las transcripciones de Liszt. Son piezas muy favorecidas por los pianistas actuales, porque el talento de Schubert para la melodía es sobrenatural y Liszt supo preservar en un instrumento lo que antes hacían voz y piano. Su ejecución resulta complicada ya que las dificultades están aumentadas con el fin de llevar a un plano totalmente distinto los mismos elementos, alterando la forma pero sin dejar de respetar el espíritu más puro de la obra. 

Era evidente, que en esos tiempos los compositores no desaprobaban las transcripciones para piano de sus obras originalmente escritas para otro formato. De hecho, antiguamente  los compositores se sentían honrados cuando otros utilizaban sus obras con el ánimo de crear otras nuevas. Eran tiempos en que no se contaba con las grabaciones discográficas, y para oír cualquier obra musical era imprescindible asistir al lugar donde se interpretaba, pero estas transcripciones dieron la posibilidad de que la música de grandes compositores recorriera numerosas salas de conciertos en versiones pianísticas realizadas muchas veces por una de las figuras más célebres del período musical romántico, Liszt.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. https://www.mundoclasico.com/articulo/534/Las-transcripciones-para-piano-1
  2. http://jlgs.com.mx/articulos/arte/franz-liszt-y-el-arte-de-la-transcripcion/
  3. https://recursos.march.es/culturales/documentos/conciertos/cc732.pdf
  4. https://www.refinandonuestrossentidos.com/franz-von-liszt/transcripciones-nueve-sinfon%C3%ADas-de-beethoven/

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