Por Sara Abarca Arañena, alumna de 5º EE.PP.
El pasado 16 de noviembre de 2021 se publicó el Real decreto 984/2021 en cuyo artículo nº 22 se advertía de la obligatoriedad del cambio de matrícula de todos aquellos alumnos/as que en el curso 2021-2022 estuviesen cursando únicamente las materias troncales de 1º de Bachillerato en la modalidad de Ciencias, de HH (Humanidades) o CCSS (Ciencias Sociales) y que compaginasen estas con estudios profesionales de música o danza (EEPP), debiendo así renunciar a la modalidad que libremente eligieron en septiembre y de la cual se matricularon.
La nueva ley, además, estipula que los alumnos y alumnas que se encuentren en dicha situación solo podrán obtener el título de bachillerato mediante la modalidad artística.
La noticia llega a los centros tras las vacaciones de Navidad ente el asombro y la indignación de los equipos directivos que no daban crédito: ¿cómo van a haber cambios de matrícula a mitad de curso?, ¿cómo si los alumnos/as se matricularon en su momento correctamente?
De nada sirvieron las quejas y la solicitud de posponer el cambio para el curso siguiente. Todas las propuestas fueron rechazadas, no había nada que se pudiese hacer contra la puesta en escena del nuevo decreto de educación.
El caos, la incertidumbre y la rabia se adueñó de los adolescentes por momentos. Yo incluso lloré de impotencia al saber que debía abandonar la modalidad que tanto me gustaba para cursar el bachillerato artístico en el que no me había matriculado de forma voluntaria a principio de curso porque prefería cursar la asignatura de Latín I en la modalidad de HH.
Lo más «indignante» de todo fue que, en tan sólo una semana se debía formalizar la nueva matrícula y una de las opciones posibles que nos ofrecía el gobierno.
Si tenías la suerte, o la desgracia, de encontrarte en un instituto en el que se impartiera el bachillerato artístico, obligatoriamente debías cambiar tu matrícula dejando atrás la materia troncal general de tu modalidad elegida y cursar Fundamentos del Arte.
Si, por el contrario, en tu centro de estudios no existía la modalidad artística, se te daba la posibilidad “impuesta” de cursar la asignatura de Fundamentos del Arte I y II en el CEED (centro Específico de Educación a Distancia público y gratuito) de la Comunidad Valenciana. Si elegías esta opción, podías, o bien realizar los dos cursos de esta asignatura en los dos años de bachiller, o bien, estudiar los dos cursos en 2022-2023. La segunda opción me parece una aberración: ¿cursar en un año I y II de Fundamentos del Arte a distancia a la vez que 2º de bachillerato y 6º de EEPP (Enseñanzas Profesionales en música o danza)? Todo un “ofertón”.
Y ya, si queremos ir a lo grande, el gobierno nos ofertaba también otra posibilidad: permanecer en la modalidad elegida en septiembre, pero cursando también las otras cinco asignaturas del bachillerato que son 7 horas lectivas más y, sin considerar, que ya estamos a mitad de curso y deberíamos ponernos al día con el temario y recuperar todos los exámenes no realizados hasta el momento. A todo este se le añade el inconveniente o, mejor dicho, la imposibilidad de compaginar los horarios con el conservatorio.
A día de hoy, las clases a distancia ya se han iniciado y, en tan solo cuatro meses vamos a estudiar y a examinarnos del temario de un curso completo.
A los afectados se nos pide calma y tranquilidad. Se nos informa de que la asignatura se adaptará a esta excepcional situación y que en nuestros expedientes académicos se indicará lo sucedido y qué opción habíamos elegido para mantenernos dentro de la legalidad educativa. ¡Qué tranquilizador!
Muchos califican este acontecimiento como “el castigo de los músicos y bailarines”, ya que no hay nada que justifique de forma razonada la inmediata implantación. Durante 30 años, la posibilidad de cursar un bachillerato musical fue muy bien acogida por todos. Se podían compaginar ambos estudios y, al finalizar, se obtenía el título tanto de Bachillerato como el profesional de Música o Danza.
Se está castigando a los niños que quieren estudiar disciplinas como la música y la danza, y se les señala como ilegales, pues las normas se han cambiado a mitad de la partida. No se concibe que un artística también tenga las aspiraciones de ser médico, profesor, arquitecto… Se nos ha encasillado y eso ha provocado que nuestras aspiraciones de estudio se vean reducidas solo al ámbito de danza o al musical.
REFERENCIAS:
Real decreto 984/2021, artículo nº 22. Publicado el 16 de noviembre de 2021
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