UN ENSAYO CON PIANISTA ACOMPAÑANTE

ARTÍCULO DE LUÍS VERDE Y LUÍS VALLÉS

b411c-premiv25c3258dctorEn este artículo Luis Verde (profesor de Tuba) y Luis Vallés (pianista acompañante) tratarán de orientar a cualquier alumno que se dirija a ensayar con un pianista acompañante, tanto si se trata de la primera vez como las sucesivas.

Tenemos que entender la importancia del trabajo con el pianista acompañante no considerándolo como un profesor o actividad que “está ahí” para llenar horario, hacer un par de ensayos y usarlo sin más para nuestras audiciones de aula. Hemos de cambiar nuestra forma de pensar y actuar, entender que el trabajo con el pianista se debería considerar como una asignatura muy importante dentro de nuestra especialidad instrumental e incluso ir más lejos e integrar el trabajo con el pianista acompañante como una parte fundamental dentro del aula de tuba. Está claro que con el plan de estudios actual y la situación económica de nuestros centros, es bastante difícil disponer de un pianista acompañante por especialidad instrumental y/o aula, pero se pueden organizar actividades quincenales o mensuales dentro de nuestra aula con el pianista acompañante. Actividades donde los alumnos, junto con la guía del propio profesor y el pianista, aprendan a saber cómo trabajar esta parte tan importante en nuestra vida musical como es la interpretación con pianista acompañante.

Dentro de la importancia del trabajo con el pianista acompañante, podríamos destacar algunos aspectos de gran importancia que se van a desarrollar:

  • conocimiento TOTAL de las obras a interpretar: formal, armónico, estilo, etc.
  • mejora de aspectos técnico – interpretativos: ritmo, afinación, articulaciones, planos sonoros, etc.
  • trabajo en conjunto: música de cámara.Antes de llegar al ensayo con el pianista, en el aula de tuba se deba haber trabajado profundamente aspectos de la obra como:
  • Seguidamente pasaremos a desarrollar una serie de pautas recomendadas a seguir por el alumno, las cuales están resumidas en un cuadro al final de este artículo. Asimismo partimos de la premisa de que sin duda para el buen funcionamiento del ensayo no sólo debe ir bien preparado y dispuesto el alumno, sino que el profesor pianista acompañante también debe haber realizado adecuadamente su preparación. No obstante en este artículo nos centraremos únicamente en la perspectiva del alumno.
  • Elementos de la partitura: tonalidades, notas, ritmos, digitaciones, etc.
  • Interpretación: tempo, fraseo, dinámicas.
  • Especialización: carácter, memoria, análisis armónico, formal e histórico.
  • Trabajo de la parte del piano: diálogo entre solistas, enlaces armónicos y melódicos, etc.¡EMPEZAMOS EL ENSAYO!
  • TEMPO Y RUBATO
  • El alumno debe saber qué cuestiones y cómo demandarlas al pianista acompañante en su propio beneficio, cuestión para lo que se le debe ir formando a lo largo de sus estudios musicales, puesto que seguramente no tendrá un único pianista acompañante para él en toda su vida profesional. Es muy probable que tenga uno de referencia, pero tarde o temprano le acompañarán diferentes.

Es imprescindible adaptar la velocidad de la interpretación a la deseada por el intérprete. El tempo debe marcarlo el solista en función de sus posibilidades técnicas, fraseo, respiraciones, etc. lluis_verde_03Si se trata de músicos ya formados se puede dialogar, que no imponer, sobre un tempo u otro, pero en todo caso siempre será el solista quien elija el tempo. En el caso de estudiantes especialmente de los primeros cursos de Enseñanzas Profesionales, se trata de ir sopesando el tempo que mejor se adapte a él. Será especialmente relevante la opinión del profesor de instrumento y el diálogo tanto con el alumno como con el pianista acompañante. De igual forma que hay un sonido para cada persona, hay que encontrar el tempo adecuado para cada músico. Pasa lo mismo con el rubato. El pianista no puede imponer su manera de rubatear a quien acompañe. Debe escuchar en todo momento la manera de explicarse musicalmente de quien está acompañando, pero éste debe tener claro qué, cuándo y dónde hacer rubato. Lo que no puede ocurrir es que no exista o que no haya coherencia en el discurso musical, por lo que velaremos por ello. Sin embargo no impondremos a quien acompañemos una única manera de hacer música. No se quiere inducir a pensar a que se anule al pianista o se le someta a los mandatos del profesor o alumno. El pianista, como profesional formado, debe tener su criterio musical bien claro, pero no debemos dejar de mirar que estamos al servicio de alumnos que se están formando. El pianista acompañante debe contribuir en su proceso de aprendizaje, y por ello estrechará la comunicación con los profesores de instrumento para ir lo más coordinados posible. Por tanto, claro que el criterio y opinión del pianista tiene cabida y por supuesto merece respeto su figura, pero tampoco debe el pianista sobrepasar su radio de acción dentro de la formación del alumno.

FRASEO, SONORIDAD E INTERPRETACIÓN

Otro elemento esencial que el alumno debe tener presente durante el ensayo es adoptar una actitud de escuchar. Estos tres conceptos van dirigidos a la proyección de una única concepción musical de la obra. Se debe trabajar conjuntamente los tres elementos y en cualquier caso consensuarlos. Si no existen crearlos, y si el solista ya acude con la idea musical formada, unificarlos en aras de una óptima interpretación musical conjunta. Por ejemplo el pianista debe saber dónde respira el instrumentista para respirar con él, de lo contrario la simultaneidad estaría en entredicho.

El alumno debe pensar que el resultado sonoro de la obra previamente estudiada él solo y/o con el profesor de instrumento, distará bastante cuando la interprete en conjunto con el pianista acompañante. Para un óptimo resultado harán falta varios ensayos con el pianista. El número exacto es siempre variable. Influyen varios factores: el nivel instrumental del alumno, el nivel de independencia rítmica, la dificultad de la obra (ya sea de la parte solista como pianística), el grado de estudio de la obra, y la meta marcada que se quiere conseguir con esa obra. Por tanto alumno y pianista deben centrarse en el trabajo flexible y continuado. La ductilidad tanto rítmica como sonora propiciará un buen ensemble mutuo, redundando en un mejor resultado. No puede ser aceptable que sea el solista quien se adapte al pianista, y debe ser el solista quien reclame del pianista su adaptabilidad. En todo momento debe prevalecer el diálogo mutuo, resultando entonces el trabajo altamente gratificante para ambos.

El alumno no debe olvidar que en el caso de realizar estos ensayos en un centro de estudios, el pianista acompañante con el que está ensayando es un profesor, es decir, un profesional, por lo que deberá mostrar respeto, tanto a su persona como a sus enseñanzas. Sin embargo, ello no quita para que el alumno sepa exigir sus necesidades de ritmo, planos sonoros, interpretación, etc., cosa para la cual se deberá haber preparado previamente y a conciencia. Sea cual sea el nivel musical, personal y técnico del alumno, el pianista acompañante debe dotar al intérprete solista de las bases para que pueda ejecutar con solvencia la obra que está estudiando. Esto es, el pianista acompañante debe conocer su rol para con el músico al que acompaña.

Por último no queremos dejar de comentar un asunto tan importante en nuestra sociedad actual. Nos referimos a las nuevas tecnologías. A través de ellas podemos comparar versiones antiguas y modernas de piezas que puedan conocer, o maneras de entender e interpretar la música que escapan al conocimiento del alumno. Esta característica a través de Youtube o Spotify, por citar algunos. Se recomienda buscar interpretaciones de relevancia. Asimismo que el alumno escuche en su estudio la parte de piano, le puede facilitar su conocimiento previo. Dicha parte de piano bien puede ser a través del lenguaje MIDI, como Playalong, Minusone, o que el propio pianista acompañante grabe esa parte de piano. En este punto somos partidarios de versiones muy personales, es decir, con una velocidad, respiraciones, etc., absolutamente personalizadas para cada intérprete/alumno. En última instancia no se trata en ningún caso de sustituir la interpretación en directo por parte de personas, por máquinas, pero el acceso a estas tecnologías nos puede ayudar a conseguir antes o mejor un óptimo resultado. La pedagogía es más eficaz cuanto más personalizada sea. En cualquier caso si estos recursos repercuten en favor del alumno aportándole seguridad y confianza, bienvenidos sean, aunque la realidad será la de dos personas interpretando conjuntamente una manifestación artística que ellos dos se encargarán de otorgarle vida.

  • LUIS VERDE NAVARRO, Profesor de tuba en el Conservatorio Profesional “Mosén Francesc Peñarroja” de La Vall d’Uixó.
  • LUIS VALLÉS GRAU, Pianista acompañante en el Conservatorio Profesional “Mosén Francesc Peñarroja” de La Vall d’Uixó.

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